Después de un agosto con problemas de cobertura donde estaba y un septiembre totalmente absorta en unas novela y un libro de cocina que debía acabar antes de que finalizara octubre.
Siguiendo con la búsqueda de libros para La licorne, he enviado a traducir un relato corto de Honoré de Balzac.
El marco es un salón de baile en el París del XIX. Lo que me llegan a gustar esos escenarios que ya han desaparecido de nuestro entorno, pero de los cuales tuve la suerte de poder ver y estar en un par de ellos en dos palacios uno del barrio Gótic y otro en el barrio de la Ribera de Barcelona. Espacios enormes con las paredes pintadas a fresco y las sillas contra las paredes para dejar libre el espacio central donde se desarrollaba la acción.
El relato de Balzac nos describe el interés cada vez más creciente de un espectador por la identidad de una joven y la recuperación de un anillo que se había regalado a la persona equivocada. El relato, que ya está en manos de la traductora, puede que en un mes ya esté maquetado.
Siguiendo con este tema y después de muchos días de no acercarme a una librería lo que es dificil, fui a dar una vuelta por La central y allí además de ver muy bien puestos a nuestros Muditos compré estos tres libros. Los que todavía no he acabado de leer:
La main droite du sire de Giac de Alexandre Dumas (con una portada bastante fea, pero que se va a hacer porque es baratísimo 2 euros solo), del libro de momento solo me he leído y me ha gustado el cuento Un bal masqué, de nuevo un baile, aunque este de máscaras y por el he recordado un post, que hice en mi otro blog, sobre el carnaval de París y los bailes de mascaras.
Después dos libros de Théophile Gautier: uno es el prefacio de Mademoiselle de Maupin, Pour une immoralité bien pimpante y el otro Les mortes amoureuses es una recopilación de cuentos fantásticos, a los que daré una ojeada para ver si puedo editar alguno.
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