viernes, 30 de diciembre de 2011

Y para acabar con la cocina, "Street"




Este es el segundo libro de cocina que encontré en mi viaje: Street de Thierry Marx.

El conocido chef francés nos inicia en una cocina popular, de barrio, con un recorrido por la cocina de las calles de varias ciudades del mundo: Nueva York, Jerusalen, Bangkok y Tokio. Todos esos puestos ambulantes que en nuestros viajes turísticos encontramos y que en mi ciudad ya no existen. Recuerdo de mi infancia barcelonesa los puestos de churros y patatas que se podía encontrar y que creo que de los cuales deben quedar poquísimos.

El libro que es interesante, por ser diferente y atrevido y por tener un ritmo endiablado debido a su aspecto próximo a los libros de comics o bandes desinees, nos acerca a la comida que puedes encontrar en las calles de las ciudades más arriba mencionadas.

El chef Thierry Marx es un defensor de la cocina hecha en la calle a la que otorga un interés y unas propiedades superiores a la de algunos restaurantes. Una vez mostrada las diversas ofertas que podemos encontrar en cada ciudad, hallamos las recetas de algunos de los platos que hemos podido ver o comer en dichas calles. Las fotografías del libro son de Mathilde de l'Ecotais y han sido realizadas con un teléfono móvil.

Lo recomiendo por su particularidad visual como libro de cocina pero también porque te lo puedes pasar muy bien acercándote a la cocina más básica de Nueva York, Jerusalén, Bangkok y Tokyo

Últimamente centrada de nuevo en los libros de cocina: la trufa, la truffe, la tòfona















Después de muchos meses sin editar nada de cocina en el mes de julio sacamos 4 libritos de Productes de Mercat y en noviembre el libro de cocina de Lola Jansana, Cocinar en la mar, debido a todo esto mi radar y mi interés por los libros de cocina se ha vuelto a activar. Por eso en mi viaje a París rebusqué en las secciones de cocina de varias librerías y encontré un par de libros que me interesaron. 

Uno es este:  Le petit livre de la truffe, de Laurent Crozier, un librito dedicado a este particular hongo. 
La trufa es un producto muy apreciado y utilizado por la gastronomía francesa, pero también la utilizamos en nuestra cocina, ya que en Catalunya es un producto que podemos encontrar. 

El libro está divido en 2 partes, una primera dedicada a hablarnos del producto en si. Como es, donde y como se encuentra, si se quiere cultivar como se debe hacer, que tipos de trufas existen, como se debe conservar y un pequeño apéndice sobre la trufa en los textos literarios; la segunda es una recopilación de 37 recetas divididas en: 10 recetas de ayer (tradicionales); 10 recetas de Nicolas Frion, chef del restaurante de Bordeaux,  Chapon Fin; 7 recetas contemporáneas y finalmente 10 recetas del propio autor del libro. 
Para finalizar la lectura encontramos vinos sugeridos para acompañar las recetas y una serie de informaciones practicas, restaurantes que cocinan recetas de trufas, y lugares donde se pueden adquirir.

El libro esta acompañado por las fotos de  Frédéric Lallemand y Philippe Exbaryat. El autor, Laurent Croizier, es musicólogo y historiador, así como amante de los vinos y de la gastronomía.

Todo esto hizo que, en el momento de comprarlo, recordara el librito, que editamos en el 2007 sobre la trufa, de nuestra colección Productes de Mercat cuyo prólogo y 10 recetas son de Oriol Rovira. Unas recetas donde la trufa da sabor y marca las diferencias. Aquí os dejo unas cuantas páginas de ambos libros.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Un facsimil de Alicia...










Últimamente, debido a un incesante ritmo de trabajo, mis intervenciones en este blog son más esporádicas que antes, pero finalmente estas es una de las compras o hallazgos que hice en mi último viaje a París.

Dando vueltas por la librería que hay justo enfrente de La Comedie, de la que en estos momentos no recuerdo su nombre, pero a la que en cada viaje que hago a París visito, encontré esta edición facsimil del libro que escribió Charles Lutwidge Dogson para Alice Liddell

En el recopiló las aventuras de una pequeña niña que cayó en el centro de la tierra, y que había contado durante un paseo en barco el 4 de julio de 1862 a Alice y sus hermanas, y lo tituló Las Aventuras de Alicia en el corazón de la tierra

Fue la propia Alice la que le pidió que escribiera este libro, de manera que lo escribió de su puño y letra, lo ilustró y se lo regaló a Alice.  La dedicatoria del libro nos habla de un regalo de navidad en memoria de un día de verano.

Tres años más tarde en 1865 un tal Lewis Carroll publicaba Alicia en el país de las maravillas aunque esta vez ilustrado por Sir John Tenniel, al que consideraban más apto para tal tarea.

Este libro ha sido editado en Bruselas por la editorial FREMOK y es un facsimil del cuaderno original, con la salvedad que en los márgenes encontramos la traducción al francés del texto manuscrito de Lewis Carroll lo que facilita la lectura del texto, pero a la vez no pierdes la posibilidad de consultar el original. 

Y también podemos apreciar las ilustraciones hechas por el propio autor que no tendrá la destreza de un Tenniel o de otros ilustradores, pero si la frescura de esa primera idea que tenía Lewis Carroll de su personaje protagonista.

jueves, 20 de octubre de 2011

Mucho tiempo sin hacer ningún post y hoy de nuevo el XIX, Dumas y Gautier







Después de un agosto con problemas de cobertura donde estaba y un septiembre totalmente absorta en unas novela y un libro de cocina que debía acabar antes de que finalizara octubre.
Siguiendo con la búsqueda de libros para La licorne, he enviado a traducir un relato corto de Honoré de Balzac.

El marco es un salón de baile en el París del XIX. Lo que me llegan a gustar esos escenarios que ya han desaparecido de nuestro entorno, pero de los cuales tuve la suerte de poder ver y estar en un par de ellos en dos palacios uno del barrio Gótic y otro en el barrio de la Ribera de Barcelona. Espacios enormes con las paredes pintadas a fresco y las sillas contra las paredes para dejar libre el espacio central donde se desarrollaba la acción.

El relato de Balzac nos describe el interés cada vez más creciente de un espectador por la identidad de una joven y la recuperación de un anillo que se había regalado a la persona equivocada. El relato, que ya está en manos de la traductora, puede que en un mes ya esté maquetado.

Siguiendo con este tema y después de muchos días de no acercarme a una librería lo que es dificil, fui a dar  una vuelta por La central y allí además de ver muy bien puestos a nuestros Muditos compré estos tres libros. Los que todavía no he acabado de leer:


La main droite du sire de Giac de Alexandre Dumas (con una portada bastante fea, pero que se va a hacer porque es baratísimo 2 euros solo), del libro de momento solo me he leído y me ha gustado el cuento Un bal masqué, de nuevo un baile, aunque este de máscaras y por el he recordado un post, que hice en mi otro blog, sobre el carnaval de París y los bailes de mascaras.

Después dos libros de Théophile Gautier: uno es el prefacio de Mademoiselle de Maupin, Pour une immoralité bien pimpante y el otro Les mortes amoureuses es una recopilación de cuentos fantásticos, a los que daré una ojeada para ver si puedo editar alguno.

martes, 2 de agosto de 2011

Ossip Zadkine en La Ruche


L'esclave, 1922



Virginie, 1926


Siguiendo con la guía de talleres de París. En ella, la descripción del escultor Ossip Zadkine del taller que tuvo en La Ruche en 1910, sacada de su libro: Le maillet et le ciseau, Ossip Zadkine. Ed. Albin Michel, 1968.

"Je me rendis rue de la Convention, je bifurquai ensuite sur la gauche puis, par des rues aux maisons à un etage. J'en vins à m'immobiliser devant un portail en fer forgé sur lequel était écrit: La Ruche. Le portail franchi, on vôyait une bâtisse ronde a deux étages...  ...il flottait une odeur de savonnette a bon marché..."

Esta es la web de su fundación: www.zadkine.com, donde se puede encontrar información sobre el y su obra.

sábado, 30 de julio de 2011

Los talleres de artistas, París y La Ruche.







En mis viajes a París, que durante años han sido un par al año, cuando recorría las librerías siempre acababa saliendo con una guía de la ciudad. A los franceses les encanta hacer guías de diferentes temas sobre "su ciudad preferida" y siempre puedes encontrar una u otra recién editada. Desde guías geográficas, literarias, hasta artísticas, gastronómicas, etc...  y en todas ellas un único referente y ciudad, París.

De todas ellas, las que más tengo son las guías literarias, pero una de mis preferidas es esta, que es objeto de esta entrada, Ateliers d'artistes à Paris. Jean Claude Delorme, Anne-Marie Dubois. Fotografias de Martine Mouchy. Parigramme, 1998.

La guía se inicia con una introducción sobre el concepto de atelier. Y siguen "los artistas bajo la monarquía del Louvre a los hoteles particulares", "el siglo XIX, la edad de oro de los ateliers". "Los talleres de la modernidad 1905-1930", y para finalizar "Los talleres barrio por barrio". Como se puede ver todo un panorama sobre los artistas y sus talleres desde el siglo XVIII hasta el XX.

De entre todos los talleres he escogido uno La Ruche, el numero 2 de la calle Dantzing. Un edificio que se construyó con los restos del Pabellón des vins edificado por Gustavo Eiffel y restos de otros pabellones de la Exposición Universal de París en 1900. 

La Ruche se inauguró en 1902 y albergaba 200 artistas que pagaban un pequeñísimo alquiler. Lo hizo construir Alfred Boucher, un escultor muy de moda en la época, para ayudar a los artistas. En su primeros años tuvo como inquilinos a Chagall, Soutine, Modigliani, Leger, Zadkine....  Estaba dividido como un queso en porciones y tenía tres plantas.

Posteriormente a partir de 1920 y sobre todo debido a la ocupación alemana, que hizo huir a casi todos sus ocupantes, fue degradandose hasta que, en los años 50 alrededor de Rebeyrolle, vuelve a formarse un pequeño grupo el de la jeune peinture
Hacia 1970 el estado protege el edificio debido a la ayuda de Andre Malraux, entre otros, y es a partir de esta última época en la que las cosas cambian, por lo que hay que ser un artista reconocido para tener un taller como lo tuvo Eduardo Arroyo, etc...

Dando vueltas al tema recuerdo que leí, que los González, Julio,  Juan y su padre tenían su taller de forja al lado de mi casa, en el pasaje de la Concepción que va de Passeig de Gracia a Rambla de Catalunya, entre la calle Rosselló y Provença. Lo tuvieron hasta que Julio decidió irse a París, y se llevó con el a toda su familia. 

Y siempre esa repetida reflexión hasta la saciedad, sobre la desaparición de espacios, talleres, edificios, tiendas en mi ciudad. Solo hay que ser conscientes de la perdida de arquitectura industrial, que ha sufrido la ciudad de Barcelona en estos últimos 20 años.

viernes, 29 de julio de 2011

Un pequeño homenaje a Francesc Català Roca






En La Pedrera una retrospectiva: Francesc Català Roca y en la galería Eude, las fotos de una época: Espanya anys 50. 

Como pequeño homenaje estas dos fotos; de la escalera interior del Hotel Park (Barcelona) del arquitecto Antonio Moragas Gallissà y de la Casa dels Braus (Barcelona) de Moragas y Riba de Salas.


Francesc Català Roca fue un magnífico fotógrafo de arquitectura. Con un sentido finísimo para captar volumenes, planos, perspectivas, luces y sombras... En estas dos fotos podemos ver como fotografía estas dos opciones arquitectónicas, totalmente diferentes; un exterior rígido con planos, que se cortan, y un interior suave y helicoidal.

miércoles, 27 de julio de 2011

Niki de Saint Phalle, Jean Tinguely y el Giardino dei Tarocchi




Figueres, 12 de agosto de 196, fiesta en homenaje a Dalí, Toro de fuego.




















Siempre que voy a Basel, es ya un clásico mi visita al Museo Tinguely, esta vez había una exposición temática sobre el coche;  en ella un grupo de artistas, desde principio de siglo hasta ahora, que han trabajado en algún momento con algún punto de contacto con el automovil.

Aunque mi intención siempre es la de volver a ver las obras con movimiento de Tinguely y de rebote, ver si veo algo de Niki de Saint Phalle, que es en realidad mi favorita.

En el 2007 me compré el catálogo de la exposición que hicieron en Hanover, Basilea y Gran Canaria dedicado a ámbos: Niki de Saint Phalle & Jean Tinguely, l'art et l'amour.

Esta mañana una amiga y artista, Ana Aragüés (que también es una entusiasta de Niki de Saint Phalle) me ha traído de regalo las fotos que ha hecho de su reciente visita al  Il Giardino dei Tarocchi en Garavicchio. Esta obra fue una colaboración de ambos artistas Niki y Jean,  pero visualmente aunque podemos encontra algunas máquinas de el, es una obra de ella.

Como dice una cita del catálogo: "Cuando Jean y yo comenzamos a vivir juntos en 1960, el me introdujo en el mundo de Marcel Duchamp, los dadaístas y el constructivismo ruso. Yo aporté el Facteur Cheval y Antonio Gaudí. Con la genial ayuda de Jean pude hacer realidad mi obsesión de crear algo monumental, de enormes proporciones".

Para el blog he recuperado dos tarjetas postales compradas en Basel; unos dibujos de la escultura monumental creada por ambos para el Moderna Museet de Estocolmo. Las fotos de un toro mecánico que crearon para la fiesta en honor de Dalí en Figueras en 1961 y un par de cartas que con ese motivo enviaron y que podemos ver en el catálogo antes citado.

Y fianlmente unas cuantas fotos del Giardino dei Tarocchi que realizó Ana Aragüés y el link a la web del jardín y de Niki de Saint Phalle: www.nikidesaintphalle.com

Un Jujol enfermo en Barcelona... artículo en El Pais




Siempre que paso por la Diagonal viniendo de la Meridiana miro la casa de Josep Maria Jujol. Ultimamente he pasado por delante un par de veces caminando y cada vez he pensado: ¿como es posible que el Ayuntamiento de Barcelona permita que una obra como esta, esté en un estado de dejación total?

Se por experiencia lo caro que es poder mantener un edificio, lo que supone arreglar las fachadas e intentar que una finca no sufra deterioros y que esté al día, también es verdad que muchas veces la propiedad no tiene suficiente dinero para poder hacer frente a según que gastos y costes. Pero en estos casos (y no se si realmente es esta circunstancia o es únicamente dejadez) y más con edificios emblemáticos ¿no debería el Ayuntamiento asumir cierta responsabilidad?

Esta mañana leyendo El País, en el un artículo dedicado al edificio de Jujol que con las últimas lluvias ha sufrido percances y desperfectos en su tribuna.

viernes, 22 de julio de 2011

P'tigars-Alexandre Afanassiev, Étienne Beck y...




















Alexandre Afanassiev (1826-1871) fue un autor ruso al mismo nivel y considerado como los Hermanos Grimm de Rusia. Era un folklorista recopilador y coleccionista de cuentos populares, llego a compilar más de 600 cuentos tradicionales rusos, fue conservador jefe de los archivos del Ministerio de Asuntos extranjeros y de tendencias progresistas, formó parte del círculo de Alexandre Hezen. Acabo muriendo en la pobreza y teniendo que venderse su biblioteca para poder comer. Parte de sus obra son: Cuentos populares rusos, 1855-1863; Leyendas populares rusas, 1860; Cuentos de hadas, 1871; y Cuentos licenciosos, editados en Ginebra, posteriormente a su muerte, en 1872.

Hace unos dias al hacer en el blog de Sd la entrada dedicada a La nariz de Gogol recordé que tenía el libro P'tigars-P'tidoigt de la editorial MeMo, www.editions-memo.fr, ilustrado por Étienne Beck, una historia de las recopiladas por Afanassiev y la fui a buscar. Tiene gracia que tanto una historia como la otra tienen como protagonistas parte de nuestra anatomía. Una nariz que campa por la ciudad y un dedo por bosques y pueblos.

Pt'tigars es un niño nacido del dedo que se ha cortado una payesa, después de haber sido vendido por su padre, y pasar por diversas vicisitudes, como la de robar un toro acaba en la tripa de un lobo que es muerto por el payés y este finalmente recupera a su pequeño hijo, al destripar al lobo, viviendo felices y contentos para el resto de sus días.

Etienne Beck ha realizado las ilustraciones (que me recuerdan por la técnica a las de Bernat Rocabert en En Bunyol, en Bitxo i en Bartomeu)  con ceras y remiten por el sentido del color a Henri Matisse y a Marc Chagall. También por ese guiño en las guardas y en las entradas y salidas inspiradas en los papeles pintados y los tejidos tan apreciados por Henri Matisse, ver la ilustración más arriba de Armonía en Rojo de Matisse que está en el Hermitage de San Petesburgo. Y también una muestra de una de las ilustraciones de Marc Chagall para Las fabulas de La Fontaine.